Un gentío enorme, tanto de día como de noche, con actividades de
todo típo, desde duchas de espuma hasta concursos de talla de madera con motosierra, pasando por exhibiciones de trial.
Resumiendo... todo bastante divertido. ¿Lo peor? Sin duda, las orquestas nocturnas: todas nos han martilleado con el "Paquillo el Chocolatero".
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