¿Qué tal les ha ido a Ana y a Miguel en clase de matemáticas?

Ambos tienen dos puntos en común:

a) Han cursado 4º de la ESO.

b) Sus padres, a la hora de matricularles en el XXII Cursillo de Verano de Idiomas que el Colegio Regina Pacis organiza todos los veranos, han visto oportuno el compartir el inglés y/o el francés con una sesión diária de matemáticas.

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La principal diferencia es que Miguel (en la imagen de la izquierda) es un veterano del Campamento de Verano y Ana ha llegado la pasada semana.

Todas las mañanas, como esta, les espero con unas tareas que deseo que sean de su agrado, pero sobre todo provechosas.

En principio, los contenidos que iban a entrenar, como anticipaba al comienzo del día mientras aguardaba su llegada, eran cuestiones de trigonometría.

Pero cuando les he tenido aquí y nos hemos puesto manos a la obra, Miguel ha seguido otro camino más mecánico y menos deductivo: unas simplificaciones de polinomios y unos sistemas de ecuaciones cuadráticas. Es que no todos los días se está al mismo nivel. Hay que entenderlo, sobre todo con este titán, que lleva aquí desde el 1 de julio.

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Mañana le presentaré de nuevo los problemitas trigonométricos, como un plato que no se ha consumido hoy y que he metido en el refrigerador, para que no pierda ni una sola vitamina.

Por otro lado, Ana ha completado con éxito sus tareas (además de trigonometría unas operaciones con polinomios), aunque para el problema de la figura izquierda ha necesitado alguna pista.

Este ha sido un ejemplo de las aventuras y desventuras de dos chicos de 4º de ESO durante una sesión de matemáticas.

Mientras tanto, una mariposa que se había colado por la ventana buscaba acomodo sobre una pared. Tan vez pensó que no le vendría mal aprender un poco de senos, cosenos y tangentes para calcular mejor las distancias a flores con polen jugoso... DIGO YO...

Juan Pascual

jpasredon@gmail.com