Eran muy discretos, no se comunicaban con nadie que no perteneciese al grupo y su mirada de contínuo apuntaba al suelo.
Para hacer sus necesidades no se ocultaban y en vez de servirse la comida con cuchillo y tenedor lo hacían con la lengua, pero nunca molestaron ni generaron queja alguna.
El caso es que se han ido. Fue muy temprano, sobre las 8:00 a.m, cuando la mayoría de los integrantes del XXII Cursillo de Verano de Idiomas de Cervera de Pisuerga, aun estaban durmiendo.
Con parsimonia y discrección bajaron de los campos a la carretera, pasando frente al colegio, llenando el ambiente de música que manaba de sus collares sonoros. Iban en dirección al pueblo, aunque no se con qué destino final.
Quiero pensar que les han encontrado otros pastos más frescos que los que había aquí delante y que ahí les dirigen para que sus vidas sean más plenas si cabe... aunque me temo lo peor.
¿De dónde traerán las chuletas tan tiernecitas que se comen por esta zona? ¡MUUUUUUU...!
Juan Pascual
jpasredon@gmail.com
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