He preguntado a alguno de estos vaguillos sobre el asunto y me dicen que es una mezcla de no tener la posibilidad de estar distraido: "no hay televisor, no hay videoconsola... Los profesores y monitores están muy encima. ¡Es que no hay otra opción!"
La anterior reflexión es de M. R., estudiante de segundo de la ESO que ha de afrontar más de un examen de septiembre.
Añadiría algo más. Me refiero a causas que no tienen que ver con la presión que los educadores puedan "infligir" a sus pupilos, a su buena mano izuierda para incitarles al estudio, o a un perfecto racionamiento del tiempo con vistas a sacar lo mejor de estos niños y niñas. Es algo que hay en el ambiente, algo que se respira.
Yo mismo me siento otro. Madrugo más, tengo más apetito, estoy de mejor humor, rindo más... ¡Me apetece hacer deporte!, algo que había dejado hace mucho tiempo atrás.
En la imagen, un típico niño de Cervera de Pisuerga. ¡De dónde va a ser, si no...!
Juan Pascual
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