Primero han sido las clases matitunas, con cuatro ahoras interrumpidas de inglés, francés y otras asignaturas con un pequeño descanso de unos minutos, lo justo para retomar fuerzas con un bocata.
La caminata se ha desarrollado en una fresca tarde de verano, todo un lujo, sabiendo que por el sur se están asando de calor.
Tras la cena, el cansancio empezó a hacer mella en los chicos... La actividad nocturna se tuvo que limitar a "contar chistes". A ver si pronto se ponen en forma.