Estos chicos y chicas han completado las dos semanas para las que se habían matriculado y ha llegado el momento de que vuelvan a sus lugares de origen.
Veníamos anunciando que esto de las despedidas crea un ambiente de lo más lacrimoso en los chavales. Al final, salvo alguna excepción, no ha sido para tanto.
En el último momento lo de siempre: Alguno se ha despistado y no está a la hora pactada en el autobus, o no encuentra parte de sus enseres.
Una y otra vez los monitores repiten: "¿Lo habéis cogido todo? ¿Os habéis asegurado?"
Pero lo inevitable es eso... inevitable. Cuando no son libros, lo que se queda sin su dueño son pantalones, o calcetines, ¡o el equipaje entero!.