Como ya hemos dicho, los chicos y chicas por la mañana asisten a clases pero luego tienen toda la tarde reservada para hacer variadas actividades al aire libre, dirigidas por un magnífico plantel de monitores.
Ayer, antes de que cayese la noche, estaban las monitoras Lucía Fraile y Raquel Calabaza en un bosque próximo al colegio, desarrollando una divertida actividad llamada "La Caza del Monitor". Tenían que ser invisibles a los ojos de los chavales, así que, cada una por un lado, se internaron en la verde espesura e intentaron mimetizarse con el precioso entorno natural.
La historia de lo que vivieron las dos, en sus improvisados escondites, tienen un punto el común: la desconfianza a lo desconocido.
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El relato de Lucía:
“Íbamos a hacer la velada. Teníamos que escondernos en el monte para que los chavales nos encontraran. Se trataba de la Caza del monitor. De repente Raquel nos dijo…¡anda, un erizo! Me encariñe con el animal y lo cogí, temiendo que los niños lo pisaran. Lo pusimos a salvo debajo de un arbusto y seguimos nuestro camino. Luego nos separamos, cada uno por un lado. Subí por una cuesta llena de árboles y me senté. Esperando que los chavales llegaran, me di cuenta de que había algo blanco y grande detrás de mi. Sentí mucho miedo. No sabía que era eso blanco. Podía ser una tienda de campaña con gente que podían pegarme un susto. Me dio igual. Seguí ahí. Pasó el tiempo. Ya era de noche. Sonó un ruido por detrás. Era un ruido de hojas. Las hojas crujían. Alguien o algo las tenía que estar pisando, pensé. Cada vez estaba más asustada. Así que al final no pude más y me largué. Me fui de allí muy asustada y sin saber qué era eso. Pienso que era un oso. También hemos visto luciérnagas de regreso al cole.”
Por otro lado, Raquel vivió la siguiente experiencia:
“Estaba buscando un sitio para esconderme, jugando a la Caza del monitor. Me iba metiendo en el bosque a la vez que me enganchaba con las zarzas espinosas. Buscaba sentarme en algún hueco sin piedras. Perdí el móvil. Llamé a voces a mi compañera y le di mi núm. de teléfono para que me llamase y me ayudara a localizar el móvil. Lo encontré. Me senté. Me empezaron a llover hormigas que caían de los árboles. Pero seguía inmóvil. Oí un ruido entre los matorrales. Miré hacia un lado y ví a un zorro. Los dos, el zorro y yo nos asustamos y nos alejamos el uno del otro corriendo. Me dirigí a donde estaban mis compañeras. fue una experiencia muy intensa. Tuve mucho miedo"
Juan Pascual
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